Siciliani in Argentina

BUENOS AIRES.- El martes 3 de noviembre de 2011 se firmaron los convenios de cooperación académica entre la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires y la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Messina (Italia) junto con el convenio marco entre ambas instituciones que permite la realización de diversas actividades, entre ellas cursos de especialización y proyectos de investigación conjunta.

Estuvieron presentes el Ing. Carmelo Pintabona en representación del rector de la Universidad de Messina, Dr. Francesco Tomasello; y el Secretario de Relaciones Académicas Internacionales de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, Dr. Juan Carlos Briano.

Acompañaron los docentes Lic. Analía Calero (UBA – FESISUR), Lic. Andrés Di Pelino (UBA) y Dr. Juan Carlos Jaite (UBA).

En la foto: Carmelo Pintabona, Analía Calero,  Andrés Di Pelino, Juan Carlos Jaite y Juan Carlos Briano.

(Termini Imerese) Nueve y veinte. Es el comienzo del fin. En la fábrica FIAT de Termini Imerese (provincia de Palermo) los segundos que pasan no agregan tiempo, lo quitan. Es una cuenta regresiva. Muchos ya están adentro. Algunos sectores ya fueron vaciados. Para los otros hay tiempo hasta esta tarde. El tiempo. El pasado, el futuro y hoy son sólo ideas confusas. “Trabajo acá hace 34 años. ¿Y qué me deja la FIAT? Una patada en el trasero”. Giuseppe Rutigliano tiene los ojos lúcidos. “Rabia, es rabia”. Que por sorpresa no parece estar dirigida a la empresa sino “a la política. Cuando la FIAT había querido cerrar la sede de Turín, la política intervino…” Después de 41 años de historia, el “Lingotto” (como se conoce a la marca en Italia) se prepara para abandonar Sicilia. Hoy es el último día de producción plena, desde mañana y hasta el 31 de diciembre los trabajadores serán puestos en “cassa integrazione” (instituto italiano para ayuda a desempleados)

Son cerca de doscientos, frente a los portones en el día del adiós a la fábrica que deja de existir. Roberto Mastrosimone, que como secretario provincial de la Fiom (Federación de Empleados Metalúrgicos) de Palermo vivió año tras año la historia del final, anuncia: “Estamos acá en presidio permanente”. Llega el secretario general de la Fiom Maurizio Landini. Está listo para dar noticias sobre los acuerdos y sobre los encuentros con Sergio Marchionne, y ataca: “la solución para un acuerdo para Termini Imerese está representado por los incentivos que pedimos a FIAT para acompañar a la pensión a centenares de trabajadores. Pero hasta ahora, en modo inaceptable, la empresa rechazó aplicar los cálculos que siempre aplicó también a las filiales de Pomigliano y Cassino: un comportamiento arrogante, autoritario, una burla a los trabajadores”. Abajo del palco una sentencia parece estar escrita. “Estoy destruido, desmoralizado”, dice Salvatore Enea, también en la FIAT hace 34 años: “hoy no creo en nadie, no creo más en nadie”. Hoy. Porque un poco todos los trabajadores describen un pasado diferente. O por lo menos, que hoy parece ser verdaderamente diferente. “En los años 80 se trabajaba mucho, pero podías cada tanto hablar dos palabras con un colega. Ahora no hay tiempo ni para respirar. La cadena de montaje va y va, y si perdés el ritmo estás listo”.

El ritmo hoy en Termini Imerese es otro. Las imágenes están grabadas en los ojos de la gente. “La FIAT – cuenta siempre Rutigliano – llegó aquí en 1970. Produjo la 500, la 126, la Panda, la Punto y hoy la Ypsilon. ¿Y ahora? Si hubiera estado Gianni Agnelli hubiera sido distinto. Lo dicen muchos. Y afirman, dramáticamente, la contradicción de un lugar que se asoma a una amplia avenida con el nombre del abogado que trajo aquí a la empresa que decidió irse. Quedará la avenida “lungomare senatore avvocato Giovanni Agnelli” también cuando la FIAT sea un recuerdo. Un pésimo recuerdo. “¿Marchionne?” comenta alguien, “se comporta como un fascista. En una època existía la explotación de la gente de color, hoy la de los trabajadores de Europa del Este, que cuestan poco”. “A nosotros nos catalogaron de todo, que somos vagos, que nos la pasamos con licencia”, cuenta Giuseppe, “¿pero alguno sabe en qué consiste nuestro trabajo? Nuestra operación se cumple en dos minutos, después se pasa en seguida a la máquina sucesiva. Acá muchos de nosotros hoy tienen problemas físicos de todo tipo”.

En tanto la esperanza para los más “viejos” es el seguro de desempleo, después los incentivos para la pensión, para los que cumplen con los requisitos. Y es éste el tema sobre el cual discuten la empresa y las partes sociales. “Yo trabajo acá desde cuando tenía 18 años”, cuenta Mimmo, “hoy cierro y me voy a mi casa. ¿a hacer qué? Esperar”. “Cinco minutos, esperá cinco minutos”. Un grupo de trabajadores está en directo con una transmisión televisiva nacional. Debe comenzar la asamblea de los trabajadores, pero la transmisión aún no terminó. “Cinco minutos, esperá cinco minutos”, dice un operario a Mastrosimone, abajo del palco, “cinco minutos más o cinco minutos menos, hoy para nosotros ¿qué cambia?”

Practica el profundismo, categoría de buceo en apnea, desde muy temprana edad.

Posee múltiples récords mundiales: desde los 45 metros de profundidad en 1960 hasta los 101 metros en 1988.

Durante su carrera, Enzo Maiorca ha tenido varios rivales históricos como Américo Santarelli, brasileño retirado en 1963; Teteke Williams, Robert Croft y Jacques Mayol.

Sus hijas Patrizia y Rosanna heredaron la pasión del padre por este deporte, logrando también varios récords y fama mundial.

El Consulado General de Italia en Buenos Aires ofrece la posibilidad de conocer a este singular deportista en una charla abierta con el público donde se proyectará también un documental.

Buenos Aires, 5 de diciembre de 2011, 17 horas.

Escuela Italiana Cristoforo Colombo - "Aula Magna", Ramsay 2257, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Ingreso libre y gratuito.